Somos muchos los que nos sorprendemos al observar cualquier palmera. Seguramente lo que nos llame la atención sea su apariencia exótica, su porte, la forma de sus hojas o el aspecto de su tronco. En cualquier caso, sabemos de la importancia que tiene el mantenimiento y la conservación de las palmeras como bien de interés ecológico y cultural.
Si bien en España las palmeras constituyen un elemento meramente estético, en las zonas tropicales se extraen de ellas grandes beneficios, siendo en numerosos lugares del planeta la base de la supervivencia humana.
Te damos algunos consejos que has de tener en cuenta si tienes palmeras en tu jardín;
Año tras año nos formulan esta pregunta en innumerables ocasiones y siempre contestamos lo mismo. Antes de podar una palmera debes conocer dos factores importantes, como son:
Como norma general las palmeras necesitan podarse una vez al año, y siempre dependerán de la especie y del tamaño. La época de poda preferida es el otoño y la primavera, ya que coincide con su periodo vegetativo, de modo que evitaremos siempre que sea posible la poda en la época estival, debido a las altas temperaturas, o invernal, por bajas temperaturas.
No obstante, gracias al clima cálido tan característico de la región mediterránea, las podas de las palmeras pueden realizarse, en general, en cualquier época del año. Solo debemos tener en cuenta que hay una gran número de especies de palmeras que no deben podarse cuando la temperatura comienza a ascender de los 21-23ºC. Esto se debe a la gran problemática que existe con el picudo rojo. El Picudo rojo es una plaga que está causando la muerte de muchas palmeras en el mediterráneo y el sur de España.
Con la entrada de otras plagas en el país, como la paysandisia o la diocalandra, no debemos eliminar hojas verdes, porque las heridas provocadas, desprenden unas sustancias volátiles que los atraen, por lo que se son más blandas y fáciles de penetrar.
En climas algo más fríos, las hojas secas abrazan y cubren el tronco de la palmera protegiéndola del viento frío y vientos salinos.
En función de la especie y el tamaño de la palmera aplicaremos una técnica u otra.
Por lo general, cortaremos aquellas hojas que se sitúan en la parte baja de su copa, y que además comiencen a presentar tonos amarillos provocados por su marchitez, o se encuentren completamente secas.
También eliminaremos aquellas hojas que se encuentren rotas o afectadas por plagas, ya sea de hongos u otros insectos, ya que pueden ser transmisoras de enfermedades al resto de la palmera o del propio jardín.
Además, con la poda evitaremos el riego que supone que caigan hojas secas desde las alturas.
La eliminación de los frutos es una labor fundamental, ya que además de debilitar el crecimiento y desarrollo de la palmera, debido a la energía que emplea la propia palmera en cuanto a agua y nutrientes, cuando maduran acaban cayendo al suelo un sinfín de dátiles y semillas que terminan manchándolo todo.
Lo que siempre debemos evitar es la poda de hojas verdes o ligeramente amarillas, ya que éstas hojas están favoreciendo el desarrollo vegetativo de la palmera, realizando la fotosíntesis y ofreciéndole nutrientes a las hojas nuevas.
Una vez realizada la poda, los restos vegetales resultantes los hemos de transportar a un vertedero autorizado. Los residuos vegetales pueden atraer plagas perjudiciales tanto para las palmeras como para el resto del jardín.
A continuación, es aconsejable realizar una fumigación para la prevención de plagas que puedan afectar a la palmera, debido a las heridas causadas en cualquier parte del tronco, hojas,…
Todas las herramientas utilizadas deben limpiarse adecuadamente empleando desinfectantes eficaces, como la lejía. De este modo, evitamos la transmisión de posibles hongos y virus al resto de palmeras que trabajemos.
Las herramientas utilizadas para la poda de palmeras han de ser artesanales y deben estar perfectamente afiladas, ya que a mejor corte, menor esfuerzo realizamos.
Para ello es necesario afilarlas continuamente, ya que con el sílice orgánico de la palmera y el rozamiento, la herramienta pierde el filo.